¿Es la lluvia un fenómeno atmosférico? Por cierto sí, no vamos a negar el orden de la ciencia y del mundo. Pero desde estas columnas, que pensamos en Matriona mensualmente a propósito de nuestros calendarios, siempre la estamos desafiando. Desafiamos a la ciencia y a la razón con nuestras locuras y desvaríos.
La lluvia es también un fenómeno en cada uno de nosotros, extraña sensación que nos envuelve. Lo sabemos porque cada vez que ocurre nunca pasa desapercibida. Es como una magia serena que trae al aire un halo de misterio. Apenas ocurre, debemos afirmarlo, compartirlo: “sentí una gota, se va a largar…”. Si escuchamos el golpeteo de las gotas caer, dejamos de hacer eso en lo que estábamos concentrados y nos acercamos inevitablemente a una ventana ó un balcón. La observamos, miramos al cielo, lo constatamos: “llueve”.
L. Borges afirmó que «…La lluvia es una cosa que sin duda sucede en el pasado.” Y que “quien la oye caer ha recobrado el tiempo…»
¿Será eso lo que nos pasa? Puede ser. Un tanguero (José Arenas), cree que “La gente se escapa de la lluvia y esquiva sus lágrimas eternas”. ¿Será que no quiere reflexionar sobre sí? ¿No será mejor dejarse llevar ante su imponente e inevitable presencia? Dejá que la lluvia nos atrape, que nos disuelva en un solo cuerpo, que nos moje un beso entre los labios, que nos haga detener el tiempo.
Y ciertamente que lo hacemos. Si nos encuentra tranquilos, nos metemos en la cama y disfrutamos de la lluvia viendo películas “todo el fin de semana”. Si nos encuentra en la ciudad, respiramos el aroma que se produce al ponerse en contacto con el cemento.
Aparecen los paraguas de colores, que pasan volando por las calles. Y si los vemos desde el cielo, pareciera que volaran como fantasmas que no son llevados por nadie. Paraguas que quieren evitar a toda costa que nos mojemos… paraguas que no entienden que las gotas son versos que van a romperse en la vereda.
Como no acordarse, cuando pensamos en la lluvia y en sus gotas de cristal en Rayuela del genio de Julio Cortazar:
Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro, qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes, mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol.
Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.
November Rain, mes de la lluvia, te evocamos y te cantamos porque cuando llegás, algo nos inspira y conmueve. A los poetas les despierta las más bellas palabras. A los terrenales como nosotros, nos toca con su varita mágica y nos hace flotar.
Pensar diferente la lluvia es ponerse del lado Matriona de la vida ante las cosas que pasan en el mundo. Esa es nuestra propuesta para el calendario de este mes.
Un regalo de despedida, que lo disfruten:
https://www.youtube.com/watch?v=D1ZYhVpdXbQ
Calendario para el Celu:

Calendario para la PC:
